Este hallazgo se ha obtenido tras el seguimiento de una muestra de 100.000 personas entre 2009 y 2022 y también muestra que un ayuno nocturno de mayor duración se asocia a un menor riesgo de enfermedades cerebrovasculares como el ictus.
Los resultados sugieren la importancia del horario y el ritmo de las comidas diarias para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo, según el estudio ‘Global Burden of Disease’, con 18,6 millones de muertes anuales en 2019, de las cuales alrededor de 7,9 son atribuibles a la dieta. Esto significa que la dieta desempeña un papel fundamental en el desarrollo y la progresión de estas enfermedades.
El estilo de vida actual ha dado lugar a hábitos alimentarios específicos, como cenar tarde o saltarse el desayuno. Además de la luz, el ciclo diario de ingesta de alimentos (comidas, tentempiés, etc.) alternado con periodos de ayuno sincroniza los relojes periféricos, o ritmos circadianos, de los distintos órganos del cuerpo, influyendo así en funciones cardiometabólicas como la regulación de la presión arterial, apunta el estudio.
La crononutrición está surgiendo como un nuevo campo importante para comprender la relación entre el momento de la ingesta de alimentos, los ritmos circadianos y la salud.
Los resultados muestran que realizar la primera comida más tarde en el día, como cuando se salta el desayuno, se asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, con un aumento del seis por ciento del riesgo por hora de retraso.
Por ejemplo, una persona que come por primera vez a las 9 de la mañana tiene un seis por ciento más de probabilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular que otra que come a las 8.
Fuente: Europa Press
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