La acción comenzó después de que el dueño de un restaurante llamara al equipo policial, informando que había sido víctima de estafas durante aproximadamente una semana. Según el denunciante, el demandante realizó varios pedidos de pizzas y aperitivos, enviando recibos de transferencia falsos a través de Pix.
A partir de estos recibos, los repartidores realizaron la entrega con normalidad, sin que los importes se ingresaran efectivamente en la cuenta del establecimiento, ya en ese caso anoche, el comerciante supervisó un nuevo pedido realizado por el demandante, quien nuevamente envió un recibo falso.
Con la dirección de entrega en la mano, el equipo de la Fuerza Táctica acudió al lugar, donde encontraron a un menor en el balcón esperando la entrega y la denunciante se encontraba en el interior del domicilio y, tras la confirmación de sus datos, fue invitada a acompañar a la policía a la comisaría para aportar aclaraciones.
Durante el registro del suceso, el propietario del restaurante presentó cinco recibos de transferencias falsas, referentes a pedidos realizados entre el 16 y el 20 de junio, totalizando una pérdida de R$ 1.166,50.
Poco después, el gerente de otro bar de la ciudad también fue a la comisaría y presentó catorce recibos falsificados relacionados con pedidos realizados por el mismo autor, entre febrero y abril de este año y la pérdida estimada de este segundo caso supera los R$ 1.600,00. También entregó conversaciones que prueban las solicitudes fraudulentas y los recibos de pago.
*Oficina de Comunicación Social de la 4ª BPM/CPA 4**"Guardián de la Ciudadanía Fronteriza"
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