De acuerdo con la carpeta, lo que llama la atención es que hay 40 camas en el Hospital Psiquiátrico de Paranaíba, una ciudad con apenas 40.957 habitantes, y una vacante por cada mil personas, mientras que en la Capital la proporción es de una cama por cada 75 adictos.
Otras 8 camas están en el Hospital General Aquidauana, 9 camas en el Hospital Universitario de la UFGD (Universidad Federal de Grande Dourados) y 4 camas en la Fundación Hospitalaria de Costa Rica, para pacientes psiquiátricos, no solo drogadictos.
Los servicios para el tratamiento de la dependencia del alcohol y las drogas en la red pública también incluyen los servicios ambulatorios de los Caps (Centros de Atención Psicosocial), mantenidos por los municipios en colaboración con la Secretaría de Estado, que incluyen un médico, un psicólogo y otros profesionales de la salud.
De acuerdo con la agencia, existen topes clasificados como I y II para situaciones más graves de sufrimiento psicológico. Las primeras suman 20, en las siguientes ciudades: Água Clara, Aparecida do Taboado, Bataguassu, Bela Vista, Bonito, Caarapó, Camapuã, Cassilândia, Chapadão do Sul, Costa Rica, Coxim, Maracaju, Naviraí, Nova Andradina, Paranaíba, Rio Brilhante, Rio Verde de Mato Grosso, São Gabriel do Oeste, Sidrolândia y Sonora.
Hay cinco Caps II, en Aquidauana, Corumbá, Dourados, Ponta Porã y Três Lagoas. El servicio con un enfoque específico en alcohol y drogas existe en Campo Grande, Dourados y Três Lagoas. También existe una modalidad que admite recepción nocturna, con disponibilidad de camas en Caps y servicio las 24 horas, dos en Campo Grande y una en Ponta Porã.
El Gobierno del Estado es demandado junto con los municipios por familias que no pueden pagar la hospitalización de los niños con un grado severo de dependencia. El informe leyó una serie de demandas en las que se denuncian situaciones de ruptura de vínculos con familiares y amigos, riesgo para la vida, jóvenes durmiendo en la vereda en una ciudad del campo, personas mayores a las que la familia ya no podía mantener en casa y garantizar su seguridad; Usuario con enfermedad crónica que no cumplía con la rutina de medicación.
Cuando se llega al extremo, las familias ven esperanza de recuperación con el retiro de la persona de las calles y su colocación en el entorno de hospitalización. En los casos a los que se accedió, la Corte concedió la orden de ofrecer tratamiento, ya sea en una institución pública o con el bloqueo de valores para su colocación en clínicas privadas.
Fuente: CAMPO GRANDE NEWS
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